Pues tras las recomendación de un amigo, hemos decidido presentar nuestro diario de viaje al concurso que organiza el Club de Viajes de aventura Marco Polo. Es una de esas empresas que merece tener en cuenta a la hora de contratar un viaje ya que ofrecen el valor añadido de la adrenalina, la aventura y se apartan completamente de los touroperadores convencionales que te tratan como parte de un rebaño. Podeis echar un ojo aquí: http://www.clubmarcopolo.es/
Cuando comencé el viaje mi primer y único objetivo era desconectar y descansar. No tenía pensado hacer nada en especial. Sin embargo, ni yo misma me creía eso, íbamos a pasarnos los 10 días tomando el sol??lógicamente, NO!!!
Dubroknik, es una pequeña ciudad hermosa, sin embargo pierde parte de su encanto con los montones y montones de turistas. Si tengo que destacar algo de ella es su historia, el buza y los músicos de la calle, increíbles!!
Korcula, inolvidable!!. Para mi tiene la combinación perfecta. La tranquilidad de sus playas y pequeñas islas en las que t puedes perder y pasar el día sin que nada ni nadie te moleste y por otro lado, sus bares, el vino y el ambiente que nace al caer la noche.
Sarajevo, la gran desconocida y que sin duda no se me olvidara. Es impresionante los contrastes que ha dejado la guerra y el paso a una nueva ciudad, su gente y la convivencia de las dos religiones.
Mostar, su casco antiguo parece de cuento, hay algo en el ambiente que te hace sentir una magia especial.
Mljet, el lugar perfecto para que nadie te encuentre y para conseguir la tranquilidad absoluta. Es un placer bañarse en el lago Malo Jezzero.
Ya término, no sin antes mencionar que el resto de los lugares a los que hemos ido también tienen su encanto.
Los paisajes en Croacia, allí donde vayas son dignos de mención.
Lo que en un principio se presentaba como un viaje para descansar y poco más, se ha convertido en un gran viaje!!
Nos vemos en poco tiempo y con la intención de que Vietnam de mucho de si.
Casi perdemos el ferry. Según llegamos al puerto el barco ya estaba cargado y a punto de levantar la rampa. La chica de la taquilla nos vio y ya nos tenía preparado el ticket para cuando Almu llego frente a ella. Nada más pasamos la rampa esta despego casi al mismo tiempo que el barco se ponía en movimiento. Volvimos hasta Ston por la misma ruta que habíamos llegado y una vez allí giramos a la izquierda. Bosnia Hercegovina (BiH desde ahora) llega hasta el mar en un punto concreto en medio de la costa croata sin embargo para tomar la mejor carretera que llega a Sarajevo hay que seguir hacia la parte norte de Croacia. Es decir pasamos la frontera a BiH después de nuevo a Croacia y por fin definitivamente a BiH. Las fronteras dependiendo de lo exquisitos que estén los policías pueden pasarse casi sin parar, o tener una retención de casi una hora como nos paso en la última de ellas. Hacia un sol tremendo. apague el coche para que no se calentara. diez minutos despues la fila avanzo un poco asi que gire el contacto. Uff el cuadro se apago y el coche no se puso en marcha….. otro intento. Ahora si, sería yo que no gire bien la llave? Volvimos a parar y a apagar el coche. Al cabo de otros diez minutos volvimos a movernos… Contacto… Otra vez falló. Esta vez estaba seguro que no había sido yo. Decidí no apagarlo más hasta llegar a Sarajevo.
Hay que decir que parece que el trabajo que hizo el ejército español en esta zona dejo muy buen sabor de boca y nada más enseñar el pasaporte español en la frontera te dan el paso con una sonrisa. Además se nos notaba que éramos españoles, al llegar al control nos íbamos zampando un pedazo de bocata de tortilla que Almu preparo aquella misma mañana en Korcula.
Los primeros kilómetros en BiH no notamos una gran diferencia con Croacia. Sin embargo a medida que nos acercábamos a Mostar la cosa iba cambiando y mucho. Se veían uniformes por todos lados. No solo los militares de servicio, si no campesinos, obreros y todo tipo de gente llevaba pantalones de campaña, como haciendo gala de haber estado movilizados en el conflicto. Tras varios kilómetros los dos nos quedamos en silencio al ver una costura de balazos que algún subfusil había trazado hasta una ventana. Y pensar que nos habían impresionado tres tiros en una ventana de Dubrovnik. En absolutamente todas las localidades que pasamos, las casas agujereadas se mezclaban con otras rehabilitadas. No fallaba un pueblo, todos guardaban cientos de recuerdos del conflicto en forma de agujeros. Tres años de guerra dan para muchas balas. A través de algunas ventanas abandonadas de esas casas se veía como los disparos habían reventado también las paredes interiores. Imposible que nadie hubiera sobrevivido allí. En los pueblos grandes los contrastes son mayores, los antiguos edificios yugoslavos llenos de acné bélico se apoyaban en otros nuevos o rehabilitados llenos de color.
A los Bosnios se los ve duros. Desde sus rasgos y expresiones hasta la manera de vestir. El conflicto se respira todavía hoy. Aquí los niños si juegan con armas de juguete, y la presencia policial y militar supone controles de carretera en casi todas las localidades que pasas.
(Si tenéis un minuto ampliad las fotos de las casas para ver la cantidad de impactos que tienen) 
Yo, sin decir nada a Almu pensaba en que pasaría si el coche no quisiera arrancar de nuevo en Sarajevo. La impresion qie tenia sin era que pedirle ayuda a uno de estos duros bosnios para recargar una batería, sería exponerse a una contestación del tipo: «aquí las baterías las recargamos pasandonoslas por los…»
Hasta el paisaje se camuflaba. Remontábamos el cauce del río Neretva y a su alrededor el verde oscuro de la vegetación se agrupaba manchando el gris rocoso de las montañas. Las casas también son diferentes. En Croacia se valieron de la piedra, pero se ve que en BiH carecían de ella y fabricaron sus edificios con bloques, ladrillo cemento y madera. Las casas son pequeñas y con el tejado a dos aguas con un cierto aire a las belgas u holandesas.
La conducción también es diferente aquí. Como tíos duros q son les da igual que vengan coches de frente, si hay que adelantar se adelanta. Sobre todo un montón de audis a8 que nos encontramos por la carretera con lanza destellos encendidos.
Desde la frontera a Mostar hay solo 40 kms y para llegar a Sarajevo 120 más. El problema es que es imposible sacar una media de más de 50 kms/h por aquella carretera así que esos 120 km se convierten en dos horas de viaje. Justo antes de un túnel el gobierno te da la bienvenida al Cantón de Sarajevo. La salida del túnel supone un cambio de paisaje rotundo, pasando a verse grandes prados y una vegetación de un verde mucho más vivo. Es muy parecido a la Galicia interior o quizás más a Asturias.
En BiH convive pacíficamente el cristianismo y el islam, vimos muchos, pero muchos cementerios de ambas religiones.
La carretera baja hasta la enorme llanura en la que se asienta Sarajevo. La entrada a la ciudad da escalofríos. Una avenida enorme, con tres carriles a cada sentido y dos vías de ferrocarril en el centro. A los lados y bastante apartados se ven desperdigados unos edificios titánicos. Algunos súper modernos, otros esqueletos llenos de plomo y agujeros de mortero.
A medida que te acercas al centro la densidad de edificios aumenta. Los contrastes son brutales entre las construcciones cadavéricas y las súper modernas. Ya en el centro al lado del río, la vida rebosa. La juventud Bosnia lucha por construir una próspera ciudad europea. Hay una fortísima cultura del café y cientos de jóvenes llenan terrazas con música dance a todas horas del día.
El casco viejo es una cuadricula de calles y callejones con casas bajas de madera y cientos de bares y tiendas. Es realmente acogedor. Nos pasamos varias horas paseando y hasta probamos una comida típica del país llamada Cevapi. Una especie de pan pita relleno de chorizos… Una bomba.
Igual que en el resto del país las iglesias y las sinagogas se intercalan armónicamente. Es una ciudad que merece la pena conocer y pasear con calma. Antes de marchar decidimos ver uno de el más famoso cementerio islamico de la ciudad, situado sobre una colina y desde el que se ve toda la capital.
Un poco sobrecogidos por los vestigios de la guerra emprendimos camino de vuelta hacia Mostar. Si, el coche arranco y me ahorro el mal trago con el del parking. Seguimos sorprendiéndonos con las casas melladas por la munición en absolutamente todas las calles por las que pasamos, al lado de las grandes tiendas de Mango o Benetton.
El tráfico era algo más fluido a esta hora y conseguimos rascarle unos 20 minutos al reloj, por lo que llegamos a Mostar un poco antes del ocaso. Con la suerte que nos caracteriza preguntamos a un viejo por un lugar para dormir. El tío bajo una valla y nos hizo pasar con el coche a la zona protegida por la UNESCO, justo al lado del famoso puente de Mostar. Nos presento a Alisa, una chica que sin duda tenía más edad de la que aparentaba y que resulto tener casi un emporio en el casco viejo de la ciudad. Una pensión de gran calidad y casi de diseño, el bar más de moda del lugar y una tienda de souvenirs. Por supuesto nos quedamos en la pensión. Se llamaba Marshall y esta en una plaza a 100 m del puente y dormir una noche cuesta unos 50€. En todo el casco viejo puedes pagar en euros kunas o marcos y la equivalencia es 1€=2km=8 kn.
Mostar es tan pequeño como bonito. Tiene un casco viejo que podría ser escenario de cualquier película medieval, como de cuento. A día de hoy, puedes tomarte una cerveza en lo que en su momento fue el trazado de cientos de proyectiles, si no mirad el miedo que pasaría el que se encontrara apostado tras la ventana que se ve detrás de Almu.
El famoso puente de Mostar, símbolo del conflicto fue derruido en el 93 por un iluminado general croata. Entonces los zapadores españoles construyeron un puente atirantado hasta que se reconstruyo paso a paso el antiguo. Bueno, se reconstruyo el puente y la ciudad entera por que las fotos que pudimos ver de los 90 era una auténtica escombrera.Por la noche la iluminación tenue lo hace todavía más especial.
La impresión final que tenemos es que las heridas entre croata y bosnios siguen abiertas, en Croacia, todo el mundo nos decía que no merecía la pena conocer BiH y al contrario. Nosotros sin embargo creemos que fue una buena paliza de coche pero con una gran recompensa.
A la mañana siguiente nos levantamos con calma y desayunamos en la zona vieja de Mostar. Teníamos que volvíamos a Croacia pero … A dónde? Qué tal una isla que fue declarada Parque Natural…. Mljet allá vamos.
Cinco por Vietnam... 